Qué exige la normativa chilena sobre mantenimiento de compresores industriales
En Chile, el mantenimiento de compresores y sistemas de refrigeración industrial no es una opción técnica, sino una obligación legal y operativa.
Tres marcos normativos clave rigen esta área, integrando aspectos de seguridad laboral, manejo de equipos a presión y estándares técnicos específicos para refrigeración.
- D.S. 594/1999: Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo, del Ministerio de Salud.
- D.S. 10/2012: Reglamento de calderas, autoclaves y equipos que utilizan vapor de agua o fluidos a presión.
- NCh 3241: Norma Chilena sobre buenas prácticas en sistemas de refrigeración y climatización, emitida por el Instituto Nacional de Normalización (INN).
Juntas, estas normas priorizan la protección de las personas, la continuidad de las operaciones y la trazabilidad de las intervenciones.
A continuación, desglosamos su aplicación práctica en una planta frigorífica, con énfasis en lo que realmente implica para tu equipo.
1) D.S. 594/1999 — Priorizando la Seguridad Laboral y el Control de Riesgos
Este decreto, vigente con modificaciones hasta 2019, establece estándares mínimos de higiene, seguridad y medio ambiente en todo lugar de trabajo. Para compresores industriales que involucran presión, electricidad o sustancias peligrosas como el amoníaco (NH₃), exige protocolos estrictos para minimizar accidentes.
Prácticas esenciales en el mantenimiento diario:
- Implementar el procedimiento LOTO (Lockout-Tagout) para aislar fuentes de energía eléctrica y presión antes de cualquier trabajo.
- Utilizar Equipos de Protección Personal (EPP) certificados, como máscaras faciales, guantes resistentes a químicos y respiradores para exposición a NH₃.
- Demarcar y señalizar zonas de intervención, limitando el acceso solo a personal autorizado.
- Mantener registros detallados de capacitaciones y charlas de seguridad para todo el equipo involucrado.
En resumen: esta norma fomenta un enfoque ordenado, con énfasis en la formación continua y la documentación, para prevenir riesgos y asegurar un entorno laboral seguro.
2) D.S. 10/2012: Regulación de Equipos a Presión
Aunque comúnmente asociado a calderas, este reglamento se extiende a cualquier sistema con recipientes o acumuladores presurizados, incluyendo aquellos en refrigeración con amoníaco o CO₂. Obliga a un seguimiento riguroso de la integridad estructural y operativa de los equipos.
Prácticas esenciales:
- Llevar un "libro de vida" por cada equipo, registrando inspecciones, ajustes y historial de mantenimiento.
- Verificar y calibrar válvulas de alivio y manómetros periódicamente.
- Realizar pruebas hidrostáticas o neumáticas según las especificaciones del sistema.
- Documentar todas las intervenciones en el libro de vida, asegurando trazabilidad.
Consejo práctico: El Instituto de Salud Pública (ISP) ofrece guías y formatos estandarizados en su sitio web para simplificar estos registros, facilitando el cumplimiento durante auditorías.
3) NCh3241:2017: Buenas Prácticas en Refrigeración y Climatización
Esta norma técnica del INN, actualizada en 2017, proporciona directrices detalladas para la instalación, operación y mantenimiento de sistemas de refrigeración. Aunque no es obligatoria por ley, su adopción demuestra diligencia profesional y es clave en inspecciones o certificaciones.
Prácticas esenciales:
- Asegurar que el personal posea competencias certificadas en refrigeración industrial.
- Registrar todas las operaciones relacionadas con refrigerantes, como cargas, recuperaciones o reemplazos.
- Realizar detecciones periódicas de fugas con instrumentos calibrados.
- Mantener bitácoras de niveles de refrigerante, filtros, aceites y presiones antes y después de cada intervención.
- Contar con un plan de emergencia, incluyendo ventilación adecuada para sistemas con NH₃ o CO₂.
Esta norma enfatiza la prevención y la eficiencia, alineándose con estándares internacionales para reducir impactos ambientales.
4) Especial Consideración para el Amoníaco (NH₃): Seguridad Integral
El amoníaco es un refrigerante eficiente, pero requiere control riguroso.
Su manipulación implica combinar las tres normas anteriores: seguridad laboral (594), presión (10/2012) y buenas prácticas (NCh 3241).
Toda instalación con NH₃ debe tener:
- Sistemas de ventilación forzada y detección automática de fugas.
- Disponibilidad inmediata de duchas de emergencia y lavaojos.
- Procedimientos escritos para manipulaciones y simulacros periódicos documentados.
- Técnicos capacitados y certificados en sistemas de amoníaco.
El enfoque aquí es preventivo: anticipar riesgos para evitar incidentes que podrían paralizar operaciones.
5) ¿Quién Está Calificado para el Mantenimiento?
La normativa chilena exige competencia probada, lo que implica que el personal debe demostrar experiencia en mantenimiento, formación técnica o universitaria pertinente, y conocimiento comprobable de los riesgos asociados al sistema (presión, refrigerantes peligrosos, electricidad, etc.).
En otras palabras, no basta con “saber hacerlo”: se requiere formación, registro y evidencia documental de esa competencia.
A continuación, una tabla clara para diferenciar las responsabilidades y alcances técnicos entre el mantenimiento rutinario y la modificación mayor o rediseño de equipos de refrigeración industrial.
Mantenimiento rutinario vs. Modificación mayor en compresores industriales
| Criterio | Mantenimiento Rutinario | Modificación Mayor o Rediseño |
|---|---|---|
| Definición | Actividades periódicas para preservar las condiciones originales del equipo, sin alterar su diseño o estructura. | Cambios que impactan la presión de diseño, volumen, circuito o configuración estructural del sistema. |
| Ejemplos típicos | Cambio de aceite, empaques, sellos, filtros, válvulas de retención, sensores o manómetros; limpieza y calibración rutinaria. | Sustitución o reconfiguración de recipientes, adición de nuevos compresores, aumento de presión máxima (Pmáx), cambio de refrigerante o rediseño de tuberías. |
| Efecto sobre las condiciones de diseño | No altera la presión máxima de trabajo ni la resistencia estructural. | Modifica parámetros críticos como presión, temperatura, volumen o materiales. |
| Responsable técnico | Especialista Técnico calificado en refrigeración industrial o electromecánica, con experiencia verificable. | Ingeniero mecánico o civil industrial, encargado de los cálculos y la memoria técnica. |
| Documentación exigida | Orden de trabajo, checklist de mantenimiento, informe técnico y registro de calibración. | Planos actualizados (P&ID), memoria de cálculo, informe de pruebas hidrostáticas y firma del ingeniero responsable. |
| Revisión por autoridad sanitaria (SEREMI o ISP) | No requiere notificación previa (debe tener trazabilidad completa y registros disponibles) | Obliga a notificación y, en casos específicos, autorización previa para reanudar operaciones. |
| Normativa aplicable | D.S. 594/1999 (condiciones sanitarias y seguridad laboral); NCh3241:2017 (buenas prácticas en refrigeración). | D.S. 10/2012 (equipos a presión); NCh 2161 y ASME VIII (cálculos de recipientes); guías técnicas del ISP. |
| Instrumentos de control | Verificación de calibración y trazabilidad de válvulas de seguridad, manómetros, detectores y controles. | Cálculo de espesores, esfuerzos, válvulas de alivio; pruebas de integridad estructural, soldaduras y materiales certificados. |
| Periodicidad | Según el plan de mantenimiento establecido (mensual, trimestral o anual). | Ocasional: solo ante cambios en el diseño o proceso operativo. |
| Registro requerido | Libro de vida del equipo o bitácora interna (con fecha, responsable, tareas y observaciones). | Informe de ingeniería firmado, anexado al expediente técnico del sistema. |
| Consecuencias de incumplir | Pérdida de trazabilidad y mayor riesgo operativo, con posibles sanciones menores. | Multas elevadas, suspensión de operaciones y responsabilidad civil o penal en caso de incidentes. |
6) Documentación Mínima Requerida para Trazabilidad
Para garantizar el cumplimiento normativo, facilitar auditorías y mitigar riesgos operativos o legales, es esencial consolidar una trazabilidad documental exhaustiva por cada equipo o sistema. Esta documentación no solo sirve como respaldo en inspecciones de la SEREMI de Salud o el ISP, sino que también optimiza la gestión interna, permitiendo identificar patrones de desgaste y mejorar la eficiencia a largo plazo.
A continuación, detallamos los elementos mínimos exigibles, organizados por categoría para mayor claridad:
- Órdenes de Trabajo (OT) e Informes Técnicos: Registros detallados de cada intervención, incluyendo las tareas realizadas, repuestos utilizados, valores de torque aplicados y parámetros operativos medidos antes y después (como presiones, temperaturas y niveles de aceite). Esto asegura una auditoría precisa de las acciones ejecutadas.
- Libro de Vida del Equipo y Registros de Calibración: Historial completo del ciclo de vida del compresor o recipiente, junto con certificados de calibración actualizados para instrumentos clave como manómetros, válvulas de alivio y sensores. Deben incluir fechas de verificación y resultados para demostrar conformidad continua.
- Pruebas de Presión, Fugas e Informes de Integridad: Documentos que validen la estanqueidad y resistencia estructural, tales como informes de pruebas hidrostáticas o neumáticas, detecciones de fugas y evaluaciones de integridad. Estos son cruciales para cumplir con el D.S. 10/2012 y prevenir fallas catastróficas.
- Registros de Refrigerantes: Bitácoras detalladas de todas las operaciones relacionadas con fluidos como NH₃ o CO₂, abarcando cargas, recuperaciones, disposiciones ambientales y balances de inventario. Esto alinea con la NCh3241:2017 y normas ambientales para evitar sanciones por manejo inadecuado.
- Certificados de Capacitación y Autorizaciones del Personal: Evidencia de competencias vigentes del equipo técnico, incluyendo cursos certificados, autorizaciones para manipular sustancias peligrosas y registros de simulacros. Esto refuerza el cumplimiento del D.S. 594/1999 en materia de seguridad laboral.
Mantener estos documentos digitalizados y accesibles —idealmente en un sistema de gestión integrado— no solo evita multas, sino que fortalece la resiliencia operativa de tu planta, convirtiendo la trazabilidad en una herramienta estratégica para la mejora continua.
7) Checklist integrador para una visita de mantenimiento
Para asegurar un proceso seguro, eficiente y conforme a la normativa chilena, implementa este checklist integrador en cada visita de mantenimiento. Dividido en fases clave, este protocolo minimiza riesgos, optimiza el tiempo y garantiza trazabilidad, alineándose con el D.S. 594/1999, D.S. 10/2012 y NCh3241:2017. Adáptalo a las particularidades de tu planta, pero mantén su estructura para fomentar hábitos estandarizados.
Antes de Intervenir: Preparación y Evaluación de Riesgos
- Revisar documentación clave: Analiza los planos P&ID (Process and Instrumentation Diagram), la orden de trabajo (OT) y la matriz de riesgos para identificar puntos críticos, como zonas de alta presión o exposición a refrigerantes.
- Ejecutar procedimientos de aislamiento: Aplica LOTO (Lockout-Tagout) para bloquear fuentes eléctricas y realiza una despresurización controlada del sistema, verificando que no queden residuos de presión residual.
- Verificar condiciones ambientales: Confirma el funcionamiento de la ventilación forzada y activa sistemas de detección de gases (como NH₃ o CO₂) si el sistema lo requiere, asegurando un entorno seguro para el equipo.
Durante la Intervención: Ejecución Segura y Precisa
- Utilizar herramientas calibradas: Emplea instrumentos certificados para mediciones; respeta los valores de par de apriete especificados por el fabricante y registra cualquier ajuste en setpoints o configuraciones.
- Mantener protocolos de seguridad y orden: Sustituye inmediatamente cualquier EPP (Equipo de Protección Personal) contaminado o dañado; aplica principios de 5S (Sort, Set in order, Shine, Standardize, Sustain) para mantener el área limpia y organizada, reduciendo riesgos de accidentes.
Puesta en Marcha: Verificación y Cierre
- Reactivar el sistema progresivamente: Realiza una presurización gradual mientras monitoreas alarmas y sensores para detectar anomalías tempranas.
- Registrar parámetros operativos: Mide y documenta presiones, temperaturas, corrientes eléctricas y niveles de vibración post-intervención, comparándolos con valores de referencia para validar el funcionamiento.
- Finalizar con documentación: Completa el informe técnico detallado y actualiza el libro de vida del equipo, incluyendo observaciones, repuestos usados y recomendaciones para futuras revisiones.
Este checklist no solo cumple con obligaciones legales, sino que promueve una cultura de prevención, extendiendo la vida útil de los compresores y minimizando downtime inesperado. Recomendamos integrarlo en un sistema digital para facilitar revisiones y auditorías.
8) Preguntas frecuentes
- ¿Es obligatorio adquirir la NCh3241?
Sí, si tu empresa busca una implementación formal y cumplir de manera demostrable en auditorías, certificaciones o inspecciones regulatorias.
La versión vigente —NCh 3241:2017— debe obtenerse directamente en el Instituto Nacional de Normalización (INN) a través de su portal oficial (www.inn.cl).
Existen materiales de difusión elaborados por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y organismos internacionales como ONU Medio Ambiente, que reproducen extractos de la edición 2011 con fines educativos.
Sin embargo, estos documentos no sustituyen la norma oficial, que es la única referencia válida ante inspecciones o auditorías técnicas.
- ¿Qué ocurre si mi compresor no se considera un “equipo de vapor”?
Aunque tu compresor no genere vapor, el D.S. 10/2012 también aplica si el sistema incluye componentes presurizados, como separadores, acumuladores o redes de distribución de refrigerante bajo presión.
En esos casos, deben seguirse las guías técnicas del Instituto de Salud Pública (ISP), que establecen los criterios para:
- inspecciones y pruebas de presión,
- control de integridad estructural,
- calibraciones periódicas y
- procedimientos seguros de mantenimiento.
Cumplir con estas exigencias garantiza la seguridad del personal y la estabilidad operativa del sistema, además de mantener respaldo normativo frente a la autoridad.
- ¿Es necesario que un ingeniero certifique todas las intervenciones?
No necesariamente.
La ley exige competencia demostrable, no títulos universitarios para todas las tareas.
Las mantenciones rutinarias pueden ser realizadas por técnicos calificados, siempre que cuenten con capacitación y experiencia comprobable.
Sin embargo, en intervenciones que impliquen rediseños, modificaciones estructurales o cálculos técnicos complejos —como cambios en la presión máxima de trabajo o reemplazo de recipientes—, se debe involucrar a un ingeniero mecánico o civil industrial.
Este profesional asume la responsabilidad técnica, elabora los cálculos y memorias de ingeniería y garantiza el cumplimiento de los estándares de seguridad y diseño aplicables.
De cumplir a sobresalir: operar con método
Cumplir con la normativa chilena en refrigeración industrial va más allá de citar decretos o normas: implica operar con método.
Esto significa contar con:
- Personal calificado y en capacitación continua.
- Equipos de seguridad y control calibrados y verificados.
- Procedimientos estandarizados y reproducibles.
- Trazabilidad documental completa y disponible ante cualquier inspección.
Implementar esta cultura de cumplimiento no solo evita sanciones o observaciones:
mejora la confiabilidad operativa, optimiza costos (TCO) y fortalece la reputación técnica de la empresa.
En definitiva, pasar del “cumplir” al “sobresalir” implica adoptar una gestión preventiva y profesional del mantenimiento, capaz de anticipar riesgos, responder con evidencia técnica y asegurar continuidad productiva bajo los más altos estándares nacionales.
Referencias claves
- D.S. 594/1999 — Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo.
Ministerio de Salud, Chile. Disponible en: www.bcn.cl/leychile - D.S. 10/2012 — Reglamento de Calderas, Autoclaves y Equipos que Utilizan Vapor de Agua u Otros Fluidos a Presión.
Ministerio de Salud, Chile. Disponible en: www.bcn.cl/leychile - NCh 3241:2017 — Buenas Prácticas para Instalación, Operación y Mantenimiento de Sistemas de Refrigeración y Climatización.
Instituto Nacional de Normalización (INN). Versión vigente disponible en www.inn.cl
(Existen materiales de difusión elaborados por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y ONU Medio Ambiente que reproducen extractos de la edición 2011 con fines educativos). - ISP (Instituto de Salud Pública de Chile) — Guías técnicas y notas metodológicas sobre recipientes a presión y ensayos de integridad estructural.
Documentos de referencia disponibles en: https://www.ispch.cl. - Ministerio del Medio Ambiente (MMA) — Manual de Buenas Prácticas en Sistemas de Refrigeración y Climatización.
Proyecto GEF – ONU Medio Ambiente, 2019. Disponible en: www.ozono.mma.gob.cl - ASME Boiler and Pressure Vessel Code, Section VIII (Div. 1–2) — Rules for Construction of Pressure Vessels.
American Society of Mechanical Engineers, última edición. - Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) — Normas y procedimientos sobre instalaciones eléctricas en áreas con riesgo de atmósferas explosivas.
Disponible en: www.sec.cl
